Frente a lo que no se puede hablar, mejor conviene callar. (Papeles en un cine al limite)



 Ser "hijo de", genera una desgastante tarea que puede llegar a comerse la individualidad dando rienda suelta a la clonación: desmarcarse de la sombra del progenitor. Las recetas para evitar fotocopiarse con el original, son dos. El trabajo duro (que no nos garantiza nada) o, jeje, el talento.
 Este es el caso de Louis Garrel, hijo del reconocido director francés Philippe Garrel. Louis comenzó con la actuación ya de muy chico, pero su carrera como actor se catapulto con su trabajo realizado en la película "The dreamers", de Bernardo Bertolucci. En dicha película, Garrel hijo interpreta al hermano siamés de Eva Green, hijos de una familia de clase media que se verán envueltos en el lujo en pleno auge y quilombo del Mayo frencés. En dicha peli, Louis nos da la impresión de ser un tipo austero, duro y misterioso. Alguien que nunca dice todo, o al menos se toma su tiempo para hacerlo. Cuando vi Los soñadores, me quedo flotando por varios meses la imagen de Garrel cavilando, caminando por la calle con los brazos cruzados fumándose un cigarro. Hasta ahí, su carrera como actor, me parecía prometedora.
 Lo siguiente que vi, fue "Un verano ardiente", película dirigida por su padre. En esta, Garrel interpreta a un artista plástico en pleno proceso de locura y separación de su pareja, quien interpreta Monica Bellucci. El personaje de Louis contrae una fuerte relación de amistad con un actor de poco monta, se va alejando de su mujer y se acerca cada vez más a su nuevo amigo. A priori, la historia es interesante, pero la manera en que se desencadenan los hechos, es como mínimo, poco lograda. La película jamas explota y las actuaciones, exceptuando la de Bellucci, no sobrepasan el opaco. Louis, para mi sorpresa, se repite.


 Luego vi "La bella persona" (que fea traducción, mama), film realizado por el amigo intimo de Garrel hijo, Christophe Honoré. Esta vez, nuestro heroe es un profesor de escuela secundaria que se acuesta con las profesoras y algunas alumnitas. Un buen día, (lo que sigue es muy original) llega la chica nueva, esa de la que se enamora todo el mundo y el profe, cae en la bolteada. Y lo que sigue es complejo. El personaje de Garrel se enamora de la alumna (nada menos que Lea Seydoux, amiga del blog) de manera verdadera, pero como sucede en todas las películas en las que actua Garrel, el amor nunca termina de parecer real. Lobo de mar, tiroteador serial y joven atormentado, el personaje del profesor ya tiene un olor que comenzamos a identificar con el actor. Garrel se repite. 

 Ultima y jocosa prueba: "La frontera del alba", film de se padre, si prestaron atención podrán adivinar. Sí, de nuevo Garrel interpreta a un artista acomplejado con la vida, esta vez, es fotógrafo. Conoce a una mujer, la fotografía hasta el hartazgo, se enamoran, la chica no esta bien del balero, se mata, luego vuelve en los sueños de Louis y le pide que lo acompañe. Lo que sigue en el film, es inenarrable. 
 Lo que intento comprobar es la evidencia de la falta de matices, la inexistencia de texturas en la paleta de recursos actorales de Garrel. También, por decantación, se evidencia algo igualmente notable. El gusto personal de Garrel por papeles de artistas en busqueda de algo que no se sabe bien que es. Gente que esta a un paso de cometer una locura. Este patrón, lo sigue en toda su filmografia, incluso en películas que por una cuestión de extensión no mencione.



Otro rasgo repetitivo en la elección de trabajos a realizar por Louis, es que el noventa por ciento de las ficciones que realizo como actor, estaban dirigidas y/o escritas por su padre y su amigo Honoré. Según él, son muchísimos los guiones que le llegan, pero también muchísimos los que rechaza. Por ejemplo cuando Los soñadores se convirtió en éxito, le llovieron ofertas para laburar en Hollywood y él se ocupo de rechazarlas sistemáticamente. Louis Garrel, siempre trabaja en films de autor, en películas artesanales (claro, sin contar Los soñadores), en historias que realmente lo llenan y lo atrapan y jamas es tentado por el dinero que corre en la industria cinematográfica. En resumen, jamas transa. Sí (hay que ganarse los porotos) realiza muchos laburos como modelo gráfico y realiza publicidades de perfumes, pero con lo que respecta al cine, su posición es intransigente.

 Más allá de que nos guste o no Garrel como actor, sea o no, actor de un solo papel, es innegable que Louis seduce a la cámara de una manera fulminante. Es más, diría que sus mejores escenas en cine, son aquellas en las que aparece callado, en blanco y negro, y su rostro taciturno, parco, su perfil "alternativo" que no corresponde claramente con los parámetros de belleza de un galán de un chongo, es exaltado demostrando la poesía que puede llagar a haber en la presencia, en el decir, en la manera de fumar un cigarrillo, en la manera de tomarse el pelo, en el silencio. 
 Un rostro, Louis Garrel es un rostro. Un rostro como los de Bacon, uno de esos rostros desconfigurados que no pueden pasarse por alto y aunque no hagan nada, aunque solo estén, nos es imposible evitar. 
 De ultima como diría Wittgenstein, de lo que no se puede hablar, mejor conviene callar. Nosotros, muchachos, vayamos un poco más lejos, de lo que no se sabe hablar, mejor conviene mirar. 


Miren. Miren a Louis. 



Salud de locos.          Buenos aires, Mayo de 2015. Frió, mucho frió.

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