La balada de un Soldado muerto


Tupac Shakur vino al mundo envuelto en un manto de violencia, persecuciones policiales, condenas, escapes, cárceles y tiroteos, y su vida, un pequeño poema salvaje de apenas 25 años, desfilo por los mismos lares que lo vieron nacer. Cuando fue concebido, su madre era miembro activo de las panteras negras, quien se había ganado la medalla por conspiración contra el gobierno de Estados Unidos. El padre de Tupac, fue desde el principio, la pieza faltante del tetris vital de la infancia de nuestro querido rapero. Solo lo vio una vez, lo saludo, le dijo quién era, le dijo que iba a comprar cigarrillos y, como ya sabemos, abandono el barco. Su padrastro es quién le dio su apellido, Shakur.

Cuando era un crio, Tupac comenzó a dedicarse a la actuación y llego a protagonizar varias obras escolares. Acompañado por un amigo, en determinado momento comienza a presentarse en competiciones de rap y logra cierta relevancia entre los chicos de su edad.
En 1991, luego de también haber “estudiado” poesía (si es que esto es posible de estudiar), saca su primer disco solista, 2Pacalypse Now, el cual no tuvo mucho éxito pero le abrió la puerta al éxito musical. Porque, aquí entre nos, más allá del rap, de las letras, la música de Tupac, las composiciones musicales de sus canciones cuentan, en su mayoría, de una riqueza artística y sentimental increíble. Y aquí una anotación sobresaliente: las letras de 2Pac muchas veces demuestran una misoginia gigantesca, asquerosa, lo cual para gente que sabe inglés, es una invitaciones a detestar a esta basura, pero para gente que no domina el idioma, como yo, es una ventaja, ya que podemos disfrutar de increíbles canciones (musicalmente hablando) sin enterarnos de las tremendas pelotudeses (que no eran ningunas pelotudeses) que cantaba 2Pac. Esto también, nos demuestra que en la música popular, las letras limitan el alcance de la música misma, ya que el texto siempre queda en primer plano de nuestra atención dejando relegada la música a un segundo lugar. Hay muchos músicos que son muy buenos, que pecan con su voz o con sus letras, opacando un tal vez muy buen laburo musical. 

¿Cuántas bandas, por ejemplo, son arruinadas por la mediocridad de las voces de sus cantantes? Tristemente la gran mayoría. Pero no nos vayamos por las ramas. Tupac debuta en el 91 y no parara de crecer hasta el final. Mientras es acusado de abusos sexuales y es tiroteado en varias oportunidades por gente de su propio circulo, sus discos cada vez van logrando mayor validez artística y musical (insisto, dejando de lado sus letras). Esto también hay que decirlo, adema de la misoginia, Tupac también relata en sus letras la realidad en que nació y en la que se crio, en la que se hizo “hombre”, la misma realidad que lo cago a tiros y que lo amenazaba de muerte constantemente. Nuestro personaje, entro y salió del hospital tantas veces como entro y salió de la cárcel y de los juzgados, zafo hasta de un numerito en el cual le clavaron cinco (sí, cinco) tiros a quema ropas. O el sicario era muy malo o Tupac tenía una fuerza y una suerte descomunal. Gran creyente de dios, como el mismo manifestó en varias entrevistas, murió en 1996 luego de ser acribillado por tres disparos. Esta vez, no pudo zafar.
Todos creemos en algo, Tupac creía en que cuando muriera, iba a ser una gran leyenda. Suena cursi pero fue real. Tal vez esta idea, este pensamiento, lo dejaba tranquilo de la constante realidad de ser cosido a balazos mientras grababa un disco, mientras dormía o mientras follaba.
Escuchen a Tupac, si se animan, lean a Tupac (sus letras), escuchen rap y eviten los balazos.

Salud de tiroteo.

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