Todas las historias de Bolaño son historias de fantasmas



 Durante el 2010 curse en la Universidad de Quilmes la materia Literatura y América Latina, una cátedra electiva dictada por la profesora Margarita Pierini. En las primeras clases de ese glaciar invierno, la profesora nos hablo del escritor en el que ella basaba básicamente toda la materia, porque, según ella, la obra de este tocaba todos los tópicos que teníamos que tratar en la cursada. Dicho escritor es, Roberto Bolaño. El primer libro que nos mando a conseguir fue Estrella Distante, contándonos, para entusiasmarnos, más o menos de que iba la trama. También deslizo que íbamos a leer varias entrevistas que el chileno había dado, ya que, para su parecer (el de la profesora) este era tremendamente sagaz, afilado y sumamente critico cuando se le tiraba de la lengua. En fin. No compre el libro porque, como siempre, no tenia blanca, entonces comencé a comprar las fotocopias que contenían las entrevistas. Lo que sigue, es endeble. Deje la materia al final del cuatrimestre y durante un año, no supe más de Bolaño. Después de una serie de eventos afortunados, visite una biblioteca y se puso, frente a mí, Estrella Distante. El libro no solo se me presento como adictivo, sino que me obligo  a la desaforada búsqueda de la mayor cantidad de libros del chileno que pueda conseguir. Luego siguió Entre Paréntesis, y acá, toda su obra se presento como una nueva educación para mi. El libro es romántico, ácido, asquerosamente critico pero también tremendamente entusiasta con obras y autores que al chileno le encantaban. Dicha obra, contiene artículos que Bolaño escribía para diversas columnas de diversos diarios en los que trabajó (colaboro) y conferencias que el escritor dio cuando recibió algunos premios. Con todo, el libro habla de cientos de escritores y de cientas de obras, ademas de contar con un indice onomástico, que facilita la búsqueda, si alguien así lo deseara.


 Luego siguió 2666, para muchos la obra cumbre del chileno, la que escribió, según palabras del tan atento y educado Mario Vargas LLosa, con un pie en la tumba. Recuerdo acá, un comentario mucho más luminoso que hizo Fabian Casas al respecto, dijo algo así como que Bolaño escribía para detener a la muerte, como la narradora de las mil y una noches, contaba cuentos para atrasar la suya. La novela  (2666) es letal. Varios amantes de un misterioso escritor alemán que parece haber sido tragado por la tierra, se lanzan a buscarlo. Un profesor de literatura, que es abandonado junto con su hija por su mujer, se encuentra plenamente perdido. Un periodista tiene que viajar a cubrir un encuentro de box. Todo esto sucede en Mexico y hace incapíe en los femicidios cometidos en Ciudad Juarez, camuflada aquí con el nombre Santa Teresa. Estas tres historias están separadas en partes, a las que se suma una cuarta, que es, justamente, la parte de los crímenes. Si el lector, se atreve a terminar de leer esto, que es una lista de asesinatos y violaciones a mujeres detallando punto por punto como sucedieron, pueden luego, hacerle frente a cualquier cosa.
 Las novelas de Bolaño y sus relatos, están atravesados en el corazón, por el paso del tiempo. En su obra, el paso del tiempo es una clara constante. Los encuentros y desencuentros (momentáneos o perpetuos) entre personajes, son infinitos. En una entrevista, él mismo dijo que para él, el paso del tiempo era una experiencia gososisima. Sus personajes se pierden, reaparecen, realizan llamas telefónicas nacionales e internacionales por la madrugada, se despiden o no, y nunca más se vuelven a ver.
 Bolaño también dijo que en realidad lo que de verdad le hubiera gustado ser a él, era ser policía de homicidios, argumentando que, con esa profesión, en ese caso, si las cosas se ponen negras, todo se solucionaría con un tiro en la boca.
 Escritor al que siempre le gusto más (para bien o para mal) hablar de las obras de los demás que de las propias. Un tipo humilde, pero que, si venia a cuento, siempre salia con los tapones de punta.
 Esto que escribí, es una mierda, el tipo merece algo mejor, con el tiempo, en el blog, tratare de lograrlo.
 Salud de perdidos, salud de encontrados.

 Bonus Track: Bolaño con Nicanor Parra e Ignacio Echeverria

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